El Polvorín

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17 enero, 2011

Patagonia con represas

Crecì en Coyhaique, ciudad austral en plena Patagonia, y creo necesario publicar un comentario a respecto de tan magnificente obra natural,que será víctima de una inundación ciega....oscura.

Considero atinente que recordemos que lo que se llama Patagonia de Chile se limita hoy a parte de Chiloé continental, Aysen y Magallanes como resultado de un consenso mas que como una definición territorial oficial.

El territorio al que nos referimos alcanza aproximadamente 250.000 Km cuadrados de superficie es decir 1/3 del territorio nacional con una densidad poblacional de un habitante por Km 2 representando el 1,6 % de la población chilena en una extensión que abarca desde Puelo hasta el Cabo de Hornos. Por razones técnicas se excluyen los archipiélagos, sin embargo como interés geopolítico deben considerarse incluídos.

Contiene varios parques nacionales o territorios protegidos por el Estado, pero hay que resaltar que es la 3ª área del planeta cubierta de hielos , y el único sistema de mar interior aún desconocido para la humanidad.

Su Flora y Fauna tanto terrestre como acuática representan una diversidad conservada aún a diferencia del resto del planeta en que los embates del hombre ha provocado la extinción de muchas especies de todo tipo. Aquí la baja densidad poblacional, por la rudeza del clima y la geografía, hacen de la Patagonia una zona que conserva su condición salvaje mas o menos intacta, un ejemplo de lo que el hombre puede afectar lo muestra los restos vegetales del gran incendio de Aysen que duró largos años, el que en su tiempo fue justificado como un sistema para abrir campos de cultivo y praderas, hoy ninguna persona aceptaría dicho procedimiento como legítimo, sin embargo se acepta por muchos que se ejecute el proyecto hidroaysen construyendo una represa monumental con miles de hectáreas de esta zona maravillosa que serían inundadas.

Cabe mencionar aquí , que los proyectos hidroeléctricos de mediana y gran envergadura se abandonaron por parte del mundo desarrollado hace ya 50 años, por razones ambientales y ecológicas, al tiempo de considerar que el desarrollo tecnológico ha abierto ventanas importantes de generacion y ahorro energético hoy en pleno despliegue a fin de evitar precisamente afectar el planeta.

El caso Tompkins no es el resultado o respuesta a los intereses de una persona, millonarios hay muchos en el mundo, conservacionistas millonarios ya son menos o muy pocos. A fin de tener un juicio mas cercano al interés común habría que cosiderar tres aspectos.

Uno, que lo que ocurrió en Pumalín es el resultado de una evidente carencia legislativa, y de una manifiesta debilidad política ante un desafío de estas proporciones. Ante el desafío de resguardar el patrimonio territorial del país. Es deseable hoy para muchos chilenos sensibilizados con la sociedad , el medio ambiente y la sustentabilidad futura,,que quienes ejerzan la actividad política y gobiernen sean personas con visión de estado, libres y democráticas a la vez que independientes cuando la cuestión es de órden superior; debemos aceptar con pesar, que quienes podemos elegir hoy día no responden plenamente a estos atributos con algunas contadas excepciones.
Es válido decir que a muchos años del proyecto Pumalín y otros semejantes, no exista una ley que evite la concentración de propiedad de territorios y tercerizaciones o elusiones de la misma ley, la respuesta a estas cuestiones búsquela cada cual en su cámara de reflexiones y observaremos que la respuesta, será en muchos casos coincidente.

Dos, que existe un referente fresco en el tiempo en que el proyecto Astillas de Aysén otorgado al gobierno y empresas del Japón a principios de los años 80, en 20 años habría aniquilado la flora de ese inmenso territorio y hoy ya estaría nuestro establishmen político legislando sobre los restos. Ante ese virtual panorama que por fortuna no prosperó, es preferible un millonario conservacionista.

Tres, que cualquier esfuerzo que mantenga alejada la patagonia de un sistema empresarial de mercado, es bueno y legítimo para quienes tienen la convicción que la depredación y la degradación del ambiente puede ser lucrativa hoy, pero los costes futuros muy altos para la biodiversidad allí existente aún, un ejemplo de indolencia de esa magnitud lo muestran los resultados ecológicos causados por las salmoneras en esa misma zona donde la ilimitada ambición ha dejado fiordos y senos con severas alteraciones en la vida subacuática, fenómeno no debidamente estudiado ni expuesto al juicio público.

Por último hay quienes se agregan a la idea de integrar a la Patagonia como patrimonio de la humanidad para que sobre ella se tienda el manto protector de las Naciones Unidas, con no muchos beneficios económicos pero sin destrucción, ese territorio dejará mas bienestar a Chile cuando miles de personas puedan venir a admirar y a maravillarse de la belleza y riqueza natural, de un ecosistema variado y único en el planeta.