El Polvorín

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18 julio, 2006

Entrevista a Angus Young


ROCKERO HEAVY: 25 AÑOS DE GUITARRISTA DE AC/DC




¿Edad? ¡Diablos! ¡Tengo 22! Soy australiano. Casado hace 20 años. ¿Niños? No: mi mujer dice que conmigo ya tiene demasiados. Conduzco como toco la guitarra: por eso no tengo coche. La vida es un camino con cuestas: arriba y abajo. El rock es mi viagra. Y le recuerdo que AC/DC está durando más que muchos partidos políticos
ANGUS YOUNG: "Mi padre tenía razón..."
ETERNO YOUNG

Vaqueros astrosos, melenilla y desaliño de campo de refugiados con los andares de colgado sicotrópico que todo gorila, policía o portero de discoteca han aprendido a detectar como altamente sospechosos. Es un milagro que le hayan dejado entrar los conserjes del hotel Arts. Sin embargo sigue agitándose como un diablo en el escenario y al tiempo demuestra una madurez y un sentido común en su charla que ya quisieran para sí muchos ejecutivos de respetable apariencia. Además sigue riéndose de su sombra, de su travieso culto al demonio y de que han pasado ya 25 años de rock para él. Hoy no lleva los pantalones cortos de su uniforme de colegial. No importa. Parece tan Young (joven) como la audiencia que degusta su rock
La Vanguardia - - 09:27 horas - 17/12/2000
LLUÍS AMIGUET

DAVID AIROB
Angus Young

Aún cree más en el diablo que en Dios?
-Hoy pienso que la descripción de Dios y el Demonio que hacemos los humanos es muy pintoresca. Pero, en fin, aún pienso que al lado de Satanás hay más diversión.
-¿Rockero satánico?
-¡Ja, ja! Eso es espectáculo.
-En serio.
-En serio le diré que reservo un enorme respeto para las religiones. Cristianismo, budismo... Tengo amigos que sufrían a quienes ayudaron mucho otras personas movidas por la fe.
-¡Vaya! Usted era más agresivo hace 20 años.
-Cuando creces es cuando realmente descubres lo que te enseñaron quienes te querían. ¿Sabe? Mi padre tenía razón...
-¿Qué le enseñó?
-Que el dinero o la fama no eran tan importantes como respirar. Lo esencial sucede y lo demás es prescindible.
-Me sorprende su sentido común.
-¿Sí? ¡Ojalá! También he hecho un montón de cosas estúpidas.
-Drogas, alcohol...
-Me costó encontrar el equilibrio. Yo fui al cole en los 60, ¿sabe? Había profesores tolerantes y modernos y profes viejos y duros que te zurraban. Hoy creo que alguno de aquellos huesos se preocupó de mí y me enseñó. Mi padre también era un hueso.
-¿Por qué?
-Me dijo: "A ver, ¿qué quieres hacer? Tocar la guitarra... ¿No? Mira el tipo ese colgado de caballo tocando... Lo que toca es basura. Mira ese otro guitarrista borracho... ¡Por Dios! ¡Da risa! Si no tienes la cabeza clarita, no puedes tocar bien". Tomé nota.
-¿Se ha librado de toda adicción?
-Sólo soy adicto al rock y a la adrenalina.
-¿Y adicto al dinero? Ya tiene suficiente para no tener que matarse por los escenarios.-Sí. ¿Y...?
-¿Qué le hace seguir?
-¿Ha actuado alguna vez usted delante de 50.000 personas?
-Pues no.
-Por eso me lo pregunta. No ha probado la energía y la adrenalina que te da eso.
-Los Beatles, ya retirados, añoraban el olor a pis de sus actuaciones.
-¿Pis?
-Ya sabe. El público lo hace en cualquier lado para no perder el sitio.
-¡Ah! Yo no huelo meados, pero sí la energía. Les das y te dan y responden. Siempre te sorprenden. Una noche crees que el público va a desmadrarse y, en cambio, se sientan pensando: "¡A ver qué sabes hacer, tío!".
-Todos son sus fans...
-Todos son diferentes. ¡Y qué peligro! Mire. Un día Bon Scott, nuestro antiguo cantante, planeó lanzarse vestido de diablo colgado de una maroma sobre una cuerda desde la montaña enorme de los altavoces del escenario hasta el otro extremo del auditorio: decenas de metros planeando por encima de las cabezas de la audiencia.
-Espectacular.
-¡Tremendo! Lo probamos varias veces en los ensayos. Perfecto. Así que en la actuación llegó la canción del clímax y él se lanzó confiado al vacío dando gritos y...¡Pobre Scott!
-¿Por qué?
-En los ensayos no contó con que, durante el concierto, los espectadores se subirían a la silla para ver mejor. Derribó a unos cuantos y cayó al suelo. Se le echaron encima y empezaron a zurrarle. Seguridad le salvó de ser aplastado por la muchedumbre histérica. Volvió al escenario maltrecho y sangrando.
-¿Y ustedes?
-¡Dios! ¡Dios! ¡Qué energía! ¡Seguimos tocando sin parar! Fue apoteósico.
-Oiga, así, en confianza...
-Dígame...
-¿No es usted un poco mayorcito para esto?
-¿Qué quiere decir?
-Que si no es usted un poco Peter Pan. ¿No estará negando su madurez?
-Probablemente sí, pero me importa muy poco.
-¡Ah!
-¿Sabe? El ideal de la gente bien es saber madurar con elegancia. Morirse sin perder la compostura, pero si estás en una banda de rock no envejeces.
-Entonces ¿qué le importa de verdad?
-Dejar canciones que aguanten los años. ¡A la mierda con las listas de éxitos!
-¿No quiere vender?
-¿Se acuerda de "Jumpin' Jack Flash"
-¡Cómo no! Los Rollings...
-Pues nunca llegó a ser un superventas ni número uno ni nada. Y hoy está ahí. ¿Dónde estará dentro de unos años toda esa basura de plástico que hoy es número 1?
-Ya habrá producido beneficios.
-Y nadie la recordará nunca. En el fondo, lo que hacemos es mantener vivo lo que hacía Chuck Berry hace 50 años. ¡Dios! Ese tipo no inventó la guitarra eléctrica...
-Creo que no.
-...Pero le dio un sentido: Beach Boys, Beatles, Rollings. Amigo: eso dura para siempre. Cuando cayó el muro de Berlín y los alemanes del Este consiguieron marcos por fin ¿sabe lo que primero que se agotó en los almacenes de Berlín?
-No.
-¡Los álbums de AC/DC! Y eso fastidió mucho a los intelectuales de los periódicos "serios". Creían que, para empezar, los pobres ex comunistas se merecían algo mejor que nuestra pequeña miseria creativa.
-¿Le dolió esa crítica?
-¡Al carajo! Nosotros somos una banda de rock and roll. ¿Se puede pedir algo más?