El Polvorín

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27 marzo, 2012

CATÓLICA DUALIDAD

El mundo civilizado conoce de los grandes sacrificios humanos de toda índole que han permitido que la humanidad dirija sus pasos hacia niveles de vida y convivencia mejores en forma creciente o ascendente, otorgando valor a sus logros y valor a la vida y sus derechos, lo que denominamos connnotación ética de la vida. El Catolicismo como organización de estado y desde comienzo de sus  dominios en el siglo IV en adelante, ha deambulado desde la ostentación de un poder absoluto (mientras duró su imperio), donde el asesinato y la tortura además de la explotación y persecución de ideas, o hacia todo aquello que asomara como amenaza hacia su poder, sin respetar la vida ni detenerse ante los derechos de las personas, emulando a las castas sacerdotales egipcias como poseedoras del nexo con dios, tienen a su haber una historia tórrida y sucia; por ende, carente de moral para emitir juicios. Sólo les preocupa su propia estabilidad y en tanto la aprecian amenazada dirigen su aguijóncontra cualquiera levantando fundamentos inconsistentes y unilaterales ni siquiera discutibles. Es evidente que mientras la inquisición tenía la potestad de quitar la vida, muchos seres de espíritu libre hubieron de ocultarse de alguna manera para salvar su vida, incluyendo en ello los propios ropajes de monjes. Sin embargo el poder de la iglesia aplastado por sus propios socios epocales y relegados del poder de las armas y ejércitos, ha mantenido y orientado desde esa decadencia su poder hacia el ámbito político y económico por tanto requiere de una masa crítica de hombres, mujeres y jóvenes humildes y buenos, dominados por el enlace divino y anclados a la ignorancia, pero sí en la oscuridad manteniendo su filiación a personajes dominantes de quienes son garantes y socios, lo que hoy en virtud de las comunicaciones cada vez son menos transparentes a la sociedad, y cada vez se les aprecia su humanidad desnuda y muchas veces perversa. Sólo para graficar, el caso Maciel, precandidato a santo, vinculado al obispo Ratzinger y con una red de protección eclesial dispersa por el mundo europeo y latino (incluídos chilenos), unos como cómplices, los otros como servidores honestos y creyentes en su prédica, aportadores de riquezas no declaradas ante nadie que bien las podríamos llamar víctimas si ello no ofendiera a las verdaderas víctimas de su psicopatía sexual mesiánica repelente a cualquier ser normal. La iglesia que mantiene controlados todos los bandos, mientras Raúl Silva Henríquez salvaba a perseguidos por la muerte, los mismos días Medina santiguaba las armas de los victimarios y protegía a quienes abusaban del poder.¿ Es acaso una institución fiable y considerable a la luz de sus declaraciones? ¿Tiene Moral para erguirse como una símbolo de la pureza y virtud humanas?

Debo reconocer que entre sus adeptos hay muchas personas humildes y buenas, pero conviven con esas otras mencionadas. Esa dualidad incomprensible felizmente para la humanidad va decreciendo a pasos firmes y sostenidos, tomando su lugar la libertad y dignidad de las personas.El juicio público es cada vez más racional y enérgico con quienes tienen las manos manchadas de sangre y de tropelías criminales como las que el mundo conoce todos los días.

Pido disculpa a cualquier lector que se sienta afectado por mi opinión, apelo a su tolerancia. Respeto cualquier creencia religiosa, porque para mí cualquier hombra que busca y es creyente es un ser valioso, lo mismo que uno no creyente.